Estos programas, con cargo al presupuesto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, serán coordinados por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) que se encargará de coordinar las actuaciones y de hacer un seguimiento de su evolución, de acuerdo con el procedimiento usado exitosamente desde 2019.
Los 660 millones inicialmente presupuestados se ampliarán, según se vayan ejecutando las cuantías iniciales asignadas a cada Comunidad Autónoma, hasta alcanzar los 1.320 millones del programa total.
Las ayudas fomentarán la creación de empleo de proximidad y la mejora de la competitividad de empresas y economías domésticas al reducir sus costes energéticos. También contribuirán a alcanzar los objetivos en materia de energías limpias y de reducción de emisiones marcados por España, cuyo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé una presencia de renovables sobre el uso final de energía del 42% en 2030.
Los 660 millones, con una estimación conservadora, permitirán construir 1.850 MW de generación renovable. Igualmente, generarán más de 25.000 empleos directos e indirectos, superando los 45.000 puestos de trabajo al incluir también los inducidos; el PIB crecerá de 1,7 a 3,2 millones por cada millón de euros de ayuda materializada.
Este paquete de ayudas se articulará por medio de seis programas, de los que los tres primeros están dirigidos a sectores económicos concretos y, más en detalle, al autoconsumo y almacenamiento en el sector servicios (dotado con 120 millones de los cuales 20 millones son para almacenamiento), en otros sectores productivos, como la industria o el agropecuario (dotado con 175 millones de los cuales 25 millones son para almacenamiento) y para incorporación de almacenamiento en autoconsumos existentes en sectores económicos (dotado de 45 millones de euros).